Ser unos en ese momento, en nuestra locura inentendible.
Somos incomprensibles e incomprendidos.
Nos queremos lejos pero nos anhelamos cerca.
Tu veneno termina siendo mi adicción, tus palabras son colmillos que se clavan en mi piel.
Arde, quema, corroe. 
Dejan heridas visibles, dos puntos que, con el paso del tiempo, van creando constelaciones en este cuerpo celeste apagado. 
Efervescentes, indebidos, casi prohibidos. 
Dos ilusionistas viviendo una mentira que ninguno de los dos quiere develar.

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